En mi vida si hay algo que he detestado más son los examenes. Esas hojas de papel que contienen las preguntas que pueden definir tus siguientes 6 meses o en el caso de examenes de colegio tus siguientes 2 meses y las salidas del fin de semana con tus patas.
Algo que nunca entendi y creo que seguire sin entender es como pueden procesar y resumir todo el curso que se ha llevado en más de 3 meses, más de 64 horas de información en unas 4 o 5 preguntas. Obviamente esto nos lleva a un nivel de estrés único en donde experimentamos ciertos deseos de existencia casi holocaustica como el: YA FUI, PUCHA NO LA HAGO, NO ME ENTRA NADA, etc. Y entre otras frases comunes.
La verdad es que yo nunca lo vi muy complicado aprender historia, literatura, quimica u otras materias que no involucraran tantos números ni que te pidieran escribir 151241243254324234234 números para que al final el resultado sea igual a 0 ó -1. Al principio le tenia mucho miedo, pánico al equivocarme al sumar, restar, dividir o multiplicar; que si bien es cierto eran las operaciones básicas siempre que no me salía el resultado de un problema, es que me habia equivocado en una de estas y volver a resolver todo el ejercicio que por lo general abarcaba toda una hoja.
Después de unos años, resignado a vivir como un no matemático, me di cuenta que este caso no era extraño, no solo me pasaba solo a mi si no también algunos más, e inclusive existian algunos que de ver sus respuestas en los examenes te levantaban la moral y podias decir: Estoy mal, pero no tanto. La verdad que para mi estas personas tenían un don escondido el de ver más alla de las preguntas, solo que siempre eran mal entendidos. A continuación algunos casos: